Emilio Cruz terminó el año pasado la enseñanza media en el colegio vespertino Villa Santa María, de El Bosque. No le costó retomar sus estudios y egresó con un 6,5 lo que le permitió entrar sin PSU a la Universidad de Santiago de Chile y matricularse en Bachillerato de Ciencias y Humanidades. “Lo recomiendo de todas maneras. Siempre se puede. Ahora quiero estudiar una carrera. Llegaré hasta donde sea, el tiempo lo dirá”.
Entre los alumnos que ingresaron a la Universidad de Santiago de Chile (Usach) a través delPrograma PACE, Propedéutico y Cupo Ranking 850 (no se les considera el puntaje PSU) y que por estos días estudian en un Internado de Verano para reforzar conocimientos, llama la atención un señor de pelo cano que escucha atento las instrucciones de los docentes.
“Yo ingresé por el Ranking 850”, se apresura en contar Emilio Cruz. Y añade que tiene 70 años ( que no representa) y que se matriculó en Bachillerato de Ciencias y Humanidades.
“Como estoy indeciso acerca de qué carrera estudiar, prefiero pasar por bachillerato y posteriormente tomar una decisión”, señala.
Emilio Cruz es casado, tiene dos hijos profesionales, y egresó el año pasado de enseñanza media del colegio vespertino Villa Santa María (hizo un dos por uno), de El Bosque.
Aunque hacía tanto tiempo que no tomaba un libro en sus manos no le costó reanudar sus estudios –confiesa- y egresó con un 6,5, nota que le permitió ingresar a la Usach a través del Cupo Ranking 850. En la PSU logró un puntaje ponderado de 475 puntos.
EMPRESARIO AUTOMOTRIZ
Como se casó joven debió comenzar a ganarse la vida tempranamente y por eso no terminó el colegio. Trabajó muy duro y se transformó enempresario del rubro automotriz.
“Como la mecánica requiere de esfuerzo físico debí parar y me pensioné”, añade. Cuando jubiló su vida cambió drásticamente y empezó a aburrirse.
“Mi mujer me convenció de que estudiara y terminara el colegio. Un día iba caminando por El Bosque (donde vive) y me fijé que había un establecimiento vespertino. Pasé a preguntar y la directora me dijo de inmediato que me matriculara. Y me convencí de dar ese paso”, manifiesta.
Volver a repasar materias y preparar tareas no le resultó difícil. “Estudié solito, nadie me ayudó”, acota con orgullo.
“No terminé el colegio, porque hice mi vida al revés. Primero me casé y formé mi familia. Y el tiempo fue pasando, pero me hacía falta esta parte”, remarca.
SIEMPRE SE PUEDE
Estudiar le permite estar activo y sentirse útil. Y se le nota, porque no deja de sonreír.
“Lo recomiendo de todas maneras. Siempre se puede. Ahora quiero estudiar en la universidad y poder terminar una carrera. Llegaré hasta donde sea, el tiempo lo dirá”, completa.